En el metro una anciana tenía una pulsera que estaba enganchada a una tarjeta y envuelta en una bolsita, (parecía hecha por ella misma). A su lado había una niña bastante inquieta (Sí, de esas que son insoportables) y ésta quiso tener un gesto amable y le regaló la bolsita, a lo que la niña dijo: "Muchas gracias, la guardaré por siempre".
Dos estaciones más tarde, la niña dejó caer la pulsera pero no le importó y siguió caminando tomada de la mano de su madre.
Vi el rostro de la anciana y creo que me entristeció como si yo hubiese hecho ese regalo.
¿LA MORALEJA? Nuestras acciones tienen un peso mayor al de nuestras palabras.
Muchos solemos actuar como esa niña teniendo en nuestras manos tanto de parte de otros.
Como diría mi Padre:
"Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos" (1 Juan 3:18)
#WhateverCarla
