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11 nov 2013

HAY PERSONAS QUE CUESTIONAN DEMASIADAS COSAS, Y POR ENDE CUESTIONAN A DIOS.






Ocurre a menudo que cuando una persona alcanza puestos y labores destacadas, otro viene y dice: ¿Por qué él (o ella) y yo no?

Lo que debes entender es que no se trata de ti, sino de Dios.
Esto no es por lo que hagas, esto es por gracia y por fe.

En esta situación tenemos varias opciones;

1) Comportarnos como el hijo mayor en la parábola del hijo pródigo donde habla solamente de él (cuestionando a su Padre): "Yo te he servido, yo no te he desobedecido, nunca me has dado…".


2) Esperar en fila y con ansias el puesto del Rey (o líder) del momento, como hicieron los hermanos de David.

3) Esperar como David, o ser como el hijo prodigo e ir ante el Padre reconociendo tus errores y reconociendo su amor por ti.

En palabras del Pastor Otoniel Font: "Aquellos que tienen pensamientos de lástima y de víctimas, cuestionan las intenciones de lo que Dios hace, no tan solo con ellos, sino también para con los demás: ¿Por qué a mí no, y a los demás sí?

Deja la actitud de víctima. Dios no te debe nada. Ya Él entregó lo más grande, que fue a su Hijo, Jesucristo, para que muriera en la cruz por ti".

MI PUNTO: El ego de una persona lo tiene que matar la propia persona. El hijo pródigo murió a su ego, reconociendo que estaba mal y que tenía que regresar al padre. Cuando no vivimos de esta manera, sin darnos cuenta, nos alejamos de Dios.
¿Cuál ha sido tu actitud hasta ahora?

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